Los padres deben poner límites a los hijos y aprender cuando, como y porque hacerlo. No deben dudar en obligralos a cumplir las regla aunque sientan que les duele, porque así es como van aprendiendo a respetar y a saber que las cosas no son siempre como ellos quieren.
IMAGINA ESTAS ESCENAS;
Hijito, comete tus verduras para que crezcas sano y fuerte.
– No quiero ser sano ni fuerte. ¡ déjame en paz!
Recoge tu cuarto.
– No voy a recoger nada. ¡ Si quieres recógelo tu !
No destruyas las cosas., cuídala.
– Yo quiero jugar así, y sino me compras cosas nuevas gritare hasta que me las compres.
En esta casa se hace lo que yo digo.
-No mamá., no lo haré ¡ Ya no te quiero! y si me sigues regañando y hablando así, me voy a ir de la casa.
Si tu hijo estuviera a punto de caer en un precipicio y lo tuvieras sosteniendo de la mano, ¿ Lo apretarías con fuerza o le apretarías suavemente para que no lo duela? Es así como sucede con los valores, la disciplina y las reglas. Se responsable y apriétalo fuerte y lo salvarás del precipicio de la vida en sociedad, porque nadie a quien el dañe con su indisciplina va tener compasión de él.
Un grito a tiempo, un castigo bien impuesto, sin afán de maltratarlos o herirlos, si no por su bien, tal vez deje una pequeña huella, pero los hará sentir seguros y bien claros sobre la diferencia entre el mal y el bien. A la larga, sabrán que si los cuidas y los educas bien es porque los amas y no porque te importe mas tu comodidad y tu tiempo libre.
Evítales, la infelicidad de tener que enfrentarse a los límites impuestos por la sociedad y a la ley o hasta no estar preparados y lo suficiente maduros para enfrentar mas tarde sus propias faltas.
Niños Justos y Tolerantes
La educación de los hijos requiere, de la atención en todos los sentidos: física, emocional, de higiene, conducta y espiritual. Es importante orientar a los niños desde pequeños hasta que sean individuos con nobleza, bondad hacía los demás y con sentido de justicia. Debemos hacerles ver que ellos no son los únicos que necesitan convivir y compartir la vida con las personas que los rodea. Por ello, enseña a tus hijos a respetar las reglas de juego que sepan separar su turno y no hacer trampa. Las normas ayudan a mantener el orden, la justicia y la participación equitativa de todos.
Háblales sobre los derechos de las personas y de los animales, el medio ambiente, explícales que todos somos seres vivos que tenemos derechos hacer respectados y tratados con igualdad sin discriminar a nadie por su raza, género, condición física, religión ,etc. Recuerda que nuestros hijos son nuestros espejos, si nosotros cometemos discriminación o no respetamos a las personas ellos harán lo mismo y con que derecho moral vamos a llamar la atención, empecemos por nosotros.
Ayúdalos a practicar criterios morales, cuando los niños saben discernir lo correcto de lo incorrecto, debes de ponerlo en prueba; hazle preguntas sobre determinadas situaciones.
Pregona con el Ejemplo.
Enseñar el autocontrol, es importante que ellos entiendan que no siempre se puede hacer o decir lo que uno quiere, los niños deben entender la necesidad de poner límites porque estos al final les ayuda a su bienestar. Darles espacio, para que imagine o explore sin límites, como por ejemplo alguien que no ha hecho la tarea, en fin hay que educarlos en justicia y tolerancia, lo que hará que su mundo y el nuestro sea algo mejor.