Rucking: la rutina que debes seguir si odias hacer cardio

Tu odio a correr todas las mañanas dejará de ser un impedimento para mantenerte en forma, si sigues esta rutina obtendrás los mismos beneficios pero con mucho menos esfuerzo.

Acéptalo, odias levantarte sólo para correr. Entre las actividades más bochornosas y absurdas a las que una persona puede someter a su cuerpo, con el único fin de nivelar su peso y mantenerse sano, el cardio y todo lo que éste conlleva es quizá la peor de todas ellas. En ocasiones piensas que no toda le gente baja de peso sometiéndose a exhaustivas jornadas de ejercicio, entonces recuerdas que a grandes personajes como Rocky —sí, el boxeador interpretado por Sylvester Stallone—, el hecho de golpear pedazos de carne o simplemente jalar trineos en medio de una fuerte nevada le funcionó mucho más que correr alrededor de un parque toda la maldita mañana, aunque después de ello sólo ríes y sigues con tus ejercicios. Después de todo, eso no es más que una ficción.

Quizá hay algo detrás de esas películas ochenteras que no sea del todo una mentira, ¿te has preguntado por qué, a pesar de que no son grandes atletas ni se someten a largas jornadas de ejercicio, algunas personas gozan de una salud y figura envidiables? La razón está quizás en las actividades que desempeñan diario, pues la mayoría de sus trabajos tienen que ver con un repetitivo proceso de cargar paquetes pesados mientras caminan.

Sólo caminar y cargar, puede que ahí esté el secreto de todo. Desde los soldados romanos, hasta los veteranos de la Segunda Guerra Mundial, la mayoría de ellos fueron entrenados siguiendo un sencillo ejercicio que hoy se conoce como rucking, su nombre deriva de rucksack, otra palabra inglesa para designar a las mochilas, y es tan simple que incluso va a sonar un poco ridícula. Simplemente se trata de poner peso en una mochila y caminar al menos una hora al día. Si de repente suena a una versión militarizada del cardio, es porque muchos la consideran una variante de éste, pero con un poco más de beneficios.

Es un hecho que los resultados aparecerán de una manera mucho más lenta. Sin embargo, esto causará mucho menos estrés a nuestro cuerpo que el causado por el cardio; sobre todo para las rodillas, ésta es una buena noticia, ya que al correr sufren un desgaste exagerado que provoca fatigas durante el resto del día. Al ir a su propio ritmo, el cuerpo en general se siente mucho menos presionado; incluso los latidos del corazón aumentan de una forma mucho más natural, lo que evita un desgaste prematuro. De hecho, revistas como el British Journal of Sports Medicine sugieren que, gracias al rucking, el daño a las articulaciones se reduce entre un 20 y 70 %.

De los muchos beneficios que trae esta práctica podemos destacar la mejora de postura, pues al tirar de los hombros, la mochila que llevas a cuestas te obligará a ir un poco más erguido que de costumbre para poder guardar el equilibrio y caminar sin contratiempos; así que mientras más rucking hagas, tu cuerpo comenzará a adoptar esa posición de manera natural y permanente. Por supuesto que todo es proporcional al peso que lleves a cuestas, el cual —de acuerdo con ruckers experimentados— debe de ser el equivalente al 10 % de tu masa corporal.

Entonces, ¿qué es lo que se necesita para ser como aquel antiguo luchador griego que se volvió famoso por caminar mientras cargaba un toro? Casi nada, algo tan sencillo como ir de rucking dos veces por semana. Lo único que tienes que considerar es que, al igual que todos los programas de ejercicios, éste también requiere de una serie de estiramientos para que tus tendones se muevan libremente y sin riesgo de atrofiarse. Así que si eres parte de ese extenso grupo de personas que odian correr sin rumbo y sin sentido, simplemente toma tu mochila y emprende una tranquila caminata. Poco a poco te darás cuenta de que no necesitabas nada más que eso.

Fuente: CULTURA COLECTIVA

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