A veces los animales caen en manos de personas nefastas, que los hacen parte de sus familias y cuando se aburren de cuidarlos, deciden abandonarlos a su suerte. Si bien la mayoría de las veces sucede con animales pequeños como gatos o perros, también puede pasar con otros más grandes y salvajes.
Tal como sucedió con este pequeño caballo, que al parecer había tenido un dueño, pero pronto se vio solo y luchando por sobrevivir.
Fue así como lo encontraron durante el frío octubre de 2014, luego de que la oficial Rachel Andrews, de World Horse Welfare en Reino Unido recibiera una llamada que avisaba sobre un potro blanco y negro tan débil, que ni siquiera podía ponerse de pie y yacía sobre un montón de heno.
Apenas fue a verlo, tuvo que acercarse para notar que respiraba. Parecía un cadáver cubierto de piojos y gusanos.
Además estaba claro que el animal no había comido ni bebido agua durante largo tiempo.
Como su condición era tan grave y no pudieron encontrar a su dueño, inmediatamente sus rescatistas lo llevaron hacia Penny Farm, una granja donde el caballo -bautizado como Frodo- comenzó su sorprendente recuperación.
Primero obtuvo un tratamiento intenso para eliminar los parásitos de su cuerpo y comenzar a hidratarse.
Así, día a día comenzó a lucir más saludable y aumentó de peso hasta poder ponerse de pie e incluso llevar a alguien montado en su espalda. Así, cuando se dieron cuenta de que su confianza aumentaba más y más, sus rescatistas pensaron que estaba listo para demostrar lo fuerte que era… así que lo entrenaron y lo inscribieron en un reconocido campeonato nacional de equinos, donde demostró que no tenía límites.